Cuando transitas por los pasillos de video juegos de cualquier tienda, últimamente puede encontrar a señores "tocando" la guitarra. Primero llegan a ver, luego a preguntar precios y luego a enseñarles a sus hijos como tocan esas canciones de sus tiempos dejando salir por algunos momentos a ese rockero greñudo y rebelde que llevan dentro. Los hay desde expertos hasta principiantes pero algo tiene el mentado juego que invita los adultos a soltarse el pelo (o los pocos que les quedan) y posar ese objeto plástico en su panza. El éxtasis de ser rocker se prolonga dependiendo de la habilidad del padre, lo que queda claro es que esa cosa es una adicción. Quiero el uno, el dos, la guitarra de madera, que si la otra consola también tiene inalámbrico, bla,bla,bla.
Por cierto, no he visto ninguna madre posesionada con el guitar hero todavía pero cuando la vea reportaré el hecho.
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