27.6.10

México: The aftermath

27 de junio de 2010 a las 9.45 p.m. Acabo de regresar de una comida-cena dominguera. La ciudad estaba muy tranquila casi como si se le hubieran acabado las ganas de vibrar. Por las calles se veían algunas personas con playeras verdes y negras de la selección. En el restaurante casi en todas las mesas -incluyendo la mía- había por lo menos una persona con la misma vestimenta. Las conversaciones en todas las mesas eran iguales. A lo lejos se escuchaba "no puede ser" "nos pasó lo mismo otra vez" "Argentina" "Aguirre" etc...y etc...

Unas horas antes, casi cuando terminaba el partido yo despertaba de una mini-siesta para enterarme de que Chicharito acababa de anotar el del honor pero que el marcador era de 3-1. El partido acababa y yo tenía un dolor de cabeza como el que me dio cuanto terminó el México-Uruguay el martes pasado. Ando muy emocional, nunca me habían dado dolor de cabeza los fracasos de la selección. Seguro es la edad.

En la mañana cuando con trabajos desperté para ver el Alemania-Inglaterra, había soñado que México ganaba pero no a Argentina sino a España y al término del partido TODOS nos íbamos al Ángel. Sentía un orgullo y un júbilo desbordante. Lástima, fue sólo un sueño.

Pero ya no importa, México está fuera del Mundial 2010. ¿Y se valen las mentadas de madre, los insultos, la cacería de culpables, las incriminaciones, las teorías de la conspiración y todos esas palabras cargadas de frustración, coraje y desilusión? Puede que sí, pero no cambian nada.

Ahora, ¿Qué sí podría significar un cambio? Me preguntaba mientras comía. ¿Qué pasaría si acabando este mundial, la Federación se da a la tarea de plantear un proyecto a 4 años para integrar y trabajar en la construcción de un equipo ganador? Sí. 4 años completitos, sin una cambiadera despiadada de Directores Técnicos. Si no me equivoco Joachim Löw es DT de Alemania desde 2006, por ejemplo. Pero y si además de eso espiamos a los que si hacen las cosas bien. ¿Y si tomamos lo que si sirve de las selecciones más fuertes? Claramente están haciendo algo que nosotros no estamos haciendo o que estamos haciendo mal. Me rehuso a pensar que no nos salen las cosas porque tenemos genes diferentes, más bien parece una cuestión de actitud (¿terapias de coco-wash durante 48 meses servirán de algo?), de trabajo (100,000 horas de entrenamiento seguro hacen una diferencia), de disciplina (las borracheras de los jugadores cobran las facturas en la cancha), de incentivos (en este rubro seguro caben millones de premios, propuestas y hasta jugosos contratos) y será por último de ¿ambición y de hambre de ganar?

No sé. Son sólo las ideas que me vienen a la mente buscando sustituir las mentadas. No soy técnica de sillón, ni mucho menos sabionda de fútbol. Sólo sé que me frustra seguir viendo a nuestro equipo nacional jugar bien y derrotarse por sus propios errores. Pero no pierdo la fe en que haciendo las cosas de manera diferente los resultados podrían cambiar. Estoy segura que antes de que me muera, México será el campeón de soccer del mundo, sólo espero que sea antes de que ande con bastón y se me caigan todos los dientes.

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