13.8.10

-¿Dónde están las pobres? No he visto a ninguno-

Me preguntó uno de los 5 familiares que dejaron México hace tiempo y que vienen de visita cada verano. Sin pensar, comenté algo como –Sí, verdad, hoy no hemos visto ninguno-.

Dos días después sin querer encontré la respuesta a su pregunta al recorrer varias zonas de la Ciudad de México, desconocidas para mí hasta ese día. Caminé por calles en las que el tiempo se detuvo. No hay un café internet, ni Starbucks, la gente no trae smartphones, no hay melenas rubias, ni manos manicuradas, nadie trae ropa de marca, ni miles de bolsas de súper. Sólo el mandado y el sudor del día.

Bardas sin pintar, ladrillos a la vista, paredes a medio derruir, tiendas con vitrinas más llenas de polvo que de productos. Sin clientes y con algún empleado de edad avanzada que abre los ojos cuando te acercas. Puertas que fungen como pasadizos a construcciones que asemejan colmenares plagados de puertas, ventanas, escaleras escondidas y pasillos obscuros en donde cualquier rincón sirve de tendedero, de bodega, de cuarto de juego y de testigo de las guerras de sonidos y hedores.

Los protagonistas siempre son similares: gente que entra y sale, borrachos o drogadictos que están tirados sobre un cartón, niños que juegan con lo que se encuentran, perros y gatos sucios y aflojerados, señoras lavando, señores fumando, novios que se besan, viejos que toman el sol…todos ellos en un mismo espacio respirando olores a grasa, a comida, a inmundicia.

En cada banqueta un grupo de vagos ve la vida pasar entre graffitis, charcos y basura. A lo lejos un par de darketos caminan cuidando un cetro negro que ostenta flores de colores púrpura y azulado. Un joven se acerca a pedir unos pesos, especificando su necesidad –Güerita, dame unos pesitos para completar para mi mezcal- El joven sólo pide mientras que ancianos y familias enteras se decidieron a ya no pedir y buscan subsistir atendiendo su negocio. Es como si en cada vivienda se hubieran propuesto poner un puesto, hay de todo: tostadas, gorditas, pambazos, chicharrones, papas, dulces, juguetes, peines, plantas, lápices y supongo que cambian de giro según vean que se va vendiendo.

Antes de dormir, las imágenes de estos lugares y sus habitantes revoloteaban en mi cabeza…me preguntaba ¿Y est@s mexican@s? ¿Qué sueñan? ¿En qué creen? ¿Son felices? ¿Se organizan? ¿Protestan? ¿Exigen? ¿Leen? ¿Estudian? ¿Bailan? ¿Qué escuchan? ¿Qué saben hacer? ¿Qué buscan? ¿Qué quieren? ¿Se van a quedar siempre así? ¿Dónde están? ¿Cuantos hay? ¿Y qué hacemos por ell@s? ¿Alguien hace algo? ¿Y qué podemos hacer?

No comments: