12.6.09

¿Anular o no anular?

No puedo votar. Y no se lo debo a la indecisión producto de los maravillosos candidatos y sus "plataformas", ni a la percepción negativa que pudiera tener de los partidos que los respaldan. Lo que pasa es que perdí mi credencial de elector en plena contingencia. Según yo, la dejé en Superama pero ellos dicen que no. Sólo espero que no la utilicen para votar en mi nombre.

Resulta que el trámite lo puedo hacer hasta el 6 de julio. Me imagino la larga fila que habrá ese día porque además de votar, la credencial sirve para bastantes cosas: por ejemplo, para entrar a alguna instalación, pagar e identificarte como el dueño de una tarjeta, para realizar trámites, etc. En resumidas cuentas, me urge tener mi dichosa credencial.

La cuestión es que todas esas cosas las puedes seguir haciendo igual con la cédula profesional o el pasaporte, pero lo que si no se puede hacer es votar. Eso no me gusta porque creo firmemente en cumplir con mi deber ciudadano de participar (y no sólo quejarme) y al mismo tiempo ejercer ese derecho de votar a mis representantes. Si pudiera votar el próximo 5 de julio, lo más probable es que lo haría por Esperanza Marchita. Por más que trato de encontrar razones para votar por X o Y, no las encuentro. Estoy convencida de que a Esperancita le va a ir muy bien en estos comicios porque habemos muchos que sabemos que votar por "ella" no le va a dar el gane, pero sí coincidimos en que es nuestra manera de expresar inconformidad y hartazgo ante las actuales opciones...

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