24.2.10

Sin agua

Después de que sonó el despertador 2 veces, me levanté. Tarde como últimamente se me ha hecho costumbre. Paréntesis, pésima costumbre por cierto. Abrí la llave de la regadera y puse una cubeta bajo el chorro para ahorrar un poco de agua porque se tarda años en salir el agua caliente. El agua de la cubeta la uso para regar plantas, lavar patios o para el baño, prefiero pelearme con la cubeta después en lugar de sentirme mal por desperdiciarla.

Pero hoy cuando abrí la regadera, mientras reaccionaba y trataba de abrir los ojos, note que la potencia del chorro de agua variaba. De repente, bajó la potencia 3 veces en menos de 1 minuto. Y mi cabecita empezó a girar a todo lo que daba. No. No dio vueltas como en El exorcista. Más bien empezaron a girar las ideas alrededor de la alarmante pregunta: ¿Y si no hubiera agua? ¿Cómo sería nuestra vida? ¿Cuánto tiempo pasaría para que nos pudiéramos bañar? ¿Cómo limpiaríamos el baño? ¿Y en la cocina? ¿Cómo haría la sopa? ¿Cómo conseguiríamos el agua? ¿Con pipas? ¿Cargándola desde algún punto como hace dos siglos? ¿Comprando garrafones? Me imaginaba el cambio brutal que sufriríamos al no tener agua a nuestro alcance: en la colonia, en el D.F., en el país y ya para acabar pronto en el mundo.

Se calcula que hasta la semana pasada eramos 6,803,231,490 seres humanos habitando el planeta, quienes forzosamente consumimos agua diariamente. En Estados Unidos y Japón por ejemplo, cada habitante consume un promedio de 350 litros diarios, en Europa 200 (en este caso, seguro les ayuda mucho no bañarse tan seguido) y en África 20 litros.
Con esos niveles de consumo, ¿Cuántos litros de agua necesitamos cada día para satisfacer nuestras necesidades y honrar nuestras costumbres? You do the math. Son miles de millones de litros #necesarios y sin ellos, pasaría lo que pasó en Wall-e. No habría plantas, ni animales y definitivamente la vida humana no sería posible, al menos no como la conocemos hoy.
Paradójicamente las 3 cuartas partes de nuestro planeta están cubiertas por agua, pero salada. El agua fresca es sólo el 3% del agua disponible en la tierra. ¿Entonces qué va a pasar? ¿O más bien qué está pasando?

Considerando que lo global es local, en el D.F. ya estamos viendo los primeros estragos de la escasez del agua. Hace algunos meses, muchas colonias se quedaron sin agua y veíamos el ir y venir de pipas para suministrarles el vital líquido.

Revisando los archivos electrónicos de cualquier periódico, encontraremos información sobre la pérdida de la competitividad de la ciudad por la escasez del agua y cómo hoteleros y restauranteros tienen que comprar pipas y garrafones para dar servicio a sus clientes.
Y mientras el Gobierno repiensa sus tarifas, mejora sus sistemas hidráulicos, elimina subsidios para que nos duela pagar el costo real del agua y la cuidemos más…cada ciudadano de la aldea global, sea en África, Oceanía o Centroamérica tendría que ser más responsable y racionar su consumo.

Porque hoy el término “guerras de agua” es sólo una suposición, pero si no somos solidarios puede que mañana sea una realidad. No estamos solos y todos necesitamos agua. Así que: ¡CIERRALE!

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