26.4.10

De petacas, maletas y mochilas

Delante de mí había un señor de tez obscura, hablando inglés con acento tejano y con 3 maletas grandes. Cuando llegó al mostrador, el empleado de la aerolínea le pidió su pasaporte y mientras imprimía su pase de abordar le pidió que subiera su equipaje a la báscula. ¡Sorpresa! La primera maleta pesó 35 kilos, era GIGANTE. La segunda pesó 28 y hasta ahí llegó porque sólo se permitían 2 maletas por pasajero con un peso máximo de 21 kilos por pieza. El empleado le dijo que su primera maleta era un “NO GO” y que sus otras dos las podía documentar pagando 15 euros por cada kilo extra. El gringo puso cara de circunstancia y en ese momento terminó para mí la historia porque yo ya había documentado mi maletita de 18 kilos.

  • No es la primera vez que me toca ver algo así, hace algunos años vi a una familia de 4 miembros tratar de documentar cada uno 3 maletas tipo salchichón gigante, alcance a escuchar que la razón del exceso de peso era que se mudaban de país, lo que explicaba todo, ya no supe cuanto terminaron pagando de más.
  • En un viaje de trabajo, mi jefe entusiasmado con aprovechar las buenas prácticas del país que visitábamos regresó con una maleta adicional -a sus dos originales- llena de libros, folletos, papeles, etc. Pesaba horrores, obvio que tuvo que pagar una lanita para traer los preciosos tesoros de conocimiento y lo peor es que no le quisieron reembolsar ni un peso en nuestro H. lugar de trabajo.
Y siguiendo con los pesos y trabajos del equipaje, es fascinante observar a otros viajeros que son la imagen opuesta a los que describí anteriormente.
  • Están los ejecutivos que traen porta-traje o maleta pequeña y portafolio para latpop, sí acaso una gabardina en mano para lo que se ofrezca, los vemos en todo aeropuerto por miles.
  • En mi última vacación, me llamaron la atención las “petacas” de algunas mujeres asiáticas: todas eran de tamaño mediano tirándole a chico, con 4 ruedas, asa extraíble y banda protectora combinando con el color de la maleta. Sólo pude inferir que esas mujeres se pueden dar el lujo de traer esas maletitas porque son delgadísimas y sus camisetas y jeans cuando se doblan quedan del tamaño de cualquier par de calcetines masculinos.
  • Otro caso son los backpackers que no se distinguen por traer bultos pequeños, al contrario, megamochila en la espalda, quizá con tenis colgando de un lado, toalla del otro y los hay hasta con almohada amarrada a la parte superior, el punto con ellos es que no viajarán tan ligero, pero viajan con un solo bulto, máximo dos –la grande y si acaso otra mini mochila para pasaporte, agua y lo que se ofrezca- en el que cargan lo necesario para recorrer un largo y prolongado trayecto. Su mochila será abultada pero no más pesada de lo que cada uno pueda aguantar, ya que la tienen que cargar mientras dure su viaje, sin ayuda de maleteros, botones, ni nadie más.
El equipaje que cada quien carga en la vida puede ser complicado cuando traes tanto cargando contigo, cuando no puedes caminar sin ayuda de otra persona o mínimo de un carrito para desplazarte. Personalmente, cargar de más o pagar por peso adicional,me hace sentir pesada e inútil. En cambio amo la sensación de libertad que me da viajar con lo que necesito y con lo que puedo cargar, sin tardarme años en empacar, ni preocuparme por lo que se pueda perder. Nadie necesita demasiados trapos ni objetos para viajar, nadie necesita lastres que entorpezcan su andar. Por eso en aquello de la viajada y de la vida: estamos de paso así que viajar ligero es mejor.

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